
Templo Shaolin de Henan
La visita al Templo Shaolin (少林寺) de la provincia de Henan, en Dengfeng, muy cerca de Luoyang, es una de nuestras «grandes» aventuras por China. Grande a base de pequeñas cosas. Pequeñas cosas como haber llegado en un pseudotaxi que iba adelantando de cuatro en cuatro coches por carreteras de un carril curvas y barrancosas, como habernos excedido de la hora de cierre escalando su montañita hasta Wuru Peak o el Pico de Wuru y haber bajado en completa noche cerrada (sin saber cómo demonios íbamos a volver a Luoyang), o como habernos quedado para siempre en nuestros corazones y mentes a aquel pseudotaxista apodado por nosotros Colérico por haber rebasado todas nuestras expectativas como conductor agresivo de vuelta a Luoyang.
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Qué es
Como se explica en su web oficial, el Templo Shaolin fue construido alrededor del año 495 por el emperador Xiaowen, de la Dinastía Wei del Norte, para un monje indio llamado Batuo. Treinta y dos años después llegó otro monje budista indio, Bodhidharma, que predicaba la doctrina Zen (chán en chino), razón por la que a él se le ha considerado como el fundador y primer patriarca del Zen chino y al templo Shaolin como el lugar de origen del budismo Zen.

Según la leyenda, por medio de la meditación y la observación de los animales (la verdad es que se explica bastante bien y por extenso en Wikipedia), Bodhidharma acabó creando el Kung Fu (Gong Fu). Así, la cultura Shaolin combina este Kung Fu con el budismo Zen, y sigue vigente todavía hoy, tanto por todo el mundo como en el mismo lugar, donde varias escuelas siguen enseñando artes marciales a sus estudiantes.
De hecho, no solamente aprenden allí toda clase de artes marciales (Kung Fu, boxeo, taekwondo, muay thai…), sino que ofrecen exhibiciones y participan (y ganan) en muchísimas competiciones (que incluyen olimpiadas). Todas estas escuelas forman parte del Zhengzhou Shaolin Tagou Educational Group.

Cómo llegar
Henan no es precisamente de las provincias más desarrolladas de China, así que eso trae consigo unos cuantos obstáculos (y ventajas). Me explico. Será raro que os encontréis con alguien que hable inglés (pero para eso tenéis los consejos mágicos de Cómo sobrevivir en China sin saber chino), y eso conlleva muchísimas dificultades, dado que, además, los carteles están en caracteres chinos.
No obstante, tranquilos: diciendo «Shaolin» en cualquier lado, se llega. O sea, en la estación de autobuses, dentro de un taxi o de un pseudotaxi. Los turistas extranjeros que llegan a Luoyang tienen unas visitas limitadas y una de ellas es el Templo Shaolin, con lo que no será difícil que os entiendan inmediatamente al pronunciar ese nombre. Ahora bien, cuidado con los timos. Ya conté en Grutas de Longmen la estafa que nos intentaron clavar nada más salir de la estación de tren al llegar a Luoyang, con lo que no viene mal ser cuidadosos. Sin perder de vista, además, que os pueden pasar algunas cosas que cuento en Malas experiencias con taxis en China.
En cualquier caso, lo normal es que enlacéis una visita con otra y, para ello, lo mejor es ir en coche (pseudotaxi o taxi, básicamente). Por ejemplo, nosotros fuimos primero a las Grutas de Longmen y allí, a la salida, negociamos el precio de un coche para ir hasta el Templo Shaolin. Sinceramente, nada más salir estábamos más perdidos que las ratas, porque no teníamos ni idea de a qué altura estaban los autobuses o las paradas de taxi, ni cómo íbamos a llegar hasta el Templo Shaolin, como era nuestra intención.
No obstante, enseguida se nos acercaron un montón de hombres que nos ofrecían llevarnos allí mismo, aunque con unos precios bastante disparatados. En aquel momento nuestro nivel de chino era poco más que de -4, así que app de calculadora en mano, gestos, caras y ademanes de irnos acabaron en un buen precio que nos llevó, hora y pico después, hasta nuestro destino. Hora y pico, sin cinturón y un montón de curvas, adelantamientos de cuatro en cuatro y tiro porque me toca, madre mías y dónde nos hemos metido después.
Cómo volver a Luoyang
En el mismo Templo Shaolin podéis reservar autobuses de vuelta, pero también hay un montón de taxistas y pseudotaxistas dispuestos a llevaros a cualquier parte. Quizá, la mejor opción sea negociar un precio de ida y vuelta con la persona que os lleve, si es que decidís arriesgaros a ello (que para nosotros siempre ha sido la mejor opción en China, para ahorrar muchísimo tiempo). De hecho, nada más aparcar junto al templo, nuestro conductor nos ofreció un muy buen precio para esperarnos el tiempo que hiciera falta y llevarnos de vuelta a Luoyang. Y accedimos.
De anécdota en anécdota
Parece que vamos buscando las movidas y por eso siempre nos pasan cosas como la del Gran Buda de Leshan, cuando nos quedamos tirados en Leshan, sin transporte de vuelta a Chengdu. En esta ocasión, fue que llegamos tarde al Templo Shaolin y no sabíamos realmente cuánto tiempo necesitaríamos para visitarlo. Pero queríamos ver lo máximo posible, y nos la jugamos. En resumen, creíamos que Wuru Peak estaba más cerca de lo que realmente estaba, y acabamos dándonos una paliza de escaleras y regresando a la entrada en noche cerrada.

O sea, con el flash del móvil puesto para poder ver, sin un alma a nuestro alrededor, sin saber si nuestro conductor nos estaría esperando todavía o habría pensado que nos habíamos largado con otro… Con ese miedo de «vale, nos hemos quedado tirados aquí, sin coches, sin taxis, sin saber chino, sin ver un pijo, sin nada cerca».
No llegó la sangre al río. Nuestro querido conductor, apodado Colérico por razones al volante evidentes, nos estaba esperando a la salida, junto con otros hombres que también deseaban pillar a otros turistas empanados como nosotros para clavarles a cambio de devolverlos a la ciudad de residencia. Se ganó nuestro respeto y la propina, que le dimos después de hacer el camino de vuelta destrozando a continuas ráfagas de luz y pitidos a todo coche que tuviéramos delante. Con nosotros y con dos jóvenes chinos que estuvieron plácidamente dormidos detrás durante todo el viaje (nuestra admiración).
¿En qué consiste la visita?
Espectáculo
Varias veces al día ofrecen un espectáculo en el que varios niños y adolescentes muestran sus increíbles habilidades marciales de Kung Fu. Además, suben al escenario a asistentes voluntarios para contrastar nuestro lamentable estado físico y echarnos unas risas.
El horario es:
- Por la mañana, cada media hora desde las 9.30, y la última función termina a las 12.
- Por la tarde, la primera empieza a las 14.00 y la última termina a las 17.30.
El Templo Shaolin, el Convento Chuzu, el Bosque de Pagodas, la Plataforma Manna, la Cueva de Dharma…
Podéis ver la visita sintetizada en este vídeo:
Por desgracia, nuestro tiempo limitado no nos permitió llegar hasta el Bosque de Pagodas y hasta otros puntos de interés. Se llega hasta ese Bosque en teleférico y, desde luego, merece la pena dedicarle a esta visita varias horas más para poder disfrutarla al completo. Culpa nuestra por no haber empezado el periplo con mucho más tiempo.

En cuanto a la Cueva de Dharma, es donde residía al que hemos nombrado antes como Bodhidharma, quien observando el movimiento de los animales inventó el Kung Fu. Se llega después de una suma insultante de escaleras y, tras otras cuantas más, podemos alcanzar, por fin, el pico Wuru o Wuru Peak, donde hay una enorme estatua de Dharma (aunque no enorme en el sentido del Gran Buda de Leshan, que eso sí que es enorme) del año 1995, y unas vistas espectaculares.

Consejos
- Cuidado con los timos para el transporte.
- Regatead, porque estarán multiplicando el precio sin duda.
- Id con bastante tiempo para poder aprovechar y disfrutar la visita (requiere muchas horas).
- Iría temprano por la mañana y aprovecharía lo que tuviera de tarde para visitar la ciudad de Luoyang.
- Si no tenéis tiempo, visitad a primera hora las Grutas de Longmen e id a continuación al Templo Shaolin.
- Podréis comprar comida allí, en puestos de la calle, pero no hay en toda la extensión, así que llevaos cosas para picar si lo creéis necesario.
- Si os va a esperar vuestro taxista/pseudotaxista, pedidle el Wechat para avisarle si vais a tardar más tiempo (y así no os agobiáis pensando que os ha abandonado).
- Id con ropa y calzado cómodo, porque es una paliza.
- Nada de mochilas pesadas si no queréis sudar como animales.
Tan fundamental como el Templo Shaolin (o más) son las Grutas de Longmen, así que no dejéis de visitarla en el mismo viaje.
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